La negación con esperanza

Bob
23 sept 2015
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El hecho de que ni estudies, ni trabajes es un abanico de posibilidades. Difícilmente llegaremos a conocer cada una de las historias que hay detrás de 7 millones de ninis en México, pero podemos ir haciendo grandes campos de porqué están como están.

Todos hemos vivido el sentimiento de desprecio por decir que no estudiamos y tampoco trabajamos, la primera reacción es que te encasillen de flojo y poco capaz de hacer algo por ti; un inútil.

Pero nadie parece tomar en cuenta un importante detalle, si empezamos a dividir a los tipos de #NINI, me gustaría tomar como ejemplo para este texto al #NINI universitario, entiéndase a aquel joven o señorita que terminó la carrera universitaria y ahora se enfrenta al mercado laboral por primera vez, no hay experiencia laboral y sobra orgullo por terminar esta importante etapa.

Nuestro #NINI universitario sabe que cuatro años de formación académica deben de tener un valor y quiere que su primer trabajo sea bien pagado o por lo menos algo interesante, pero en México, país donde todo está al revés, es más difícil para un profesionista encontrar trabajo. No me atrevo a culpar a un egresado de leyes por no querer trabajar sacando copias en un despacho, mal pagado y bajo la promesa de que algún día hará algo más que solo sacar copias.

Lo que menos quisiera es que ofrezcan puestos directivos a nuestras jóvenes promesas, es cosa de un poco de justicia y que ofrezcan un empleo que les permita desempeñar sus conocimientos al mismo tiempo que encuentran nuevas herramientas, verán que ese nini al que llamaban flojo o inútil, bien pronto se vuelve el titular estrella.

Vámonos quitando esa idea de que #NINI es igual a bueno para nada, la verdad es que ellos tienen la esperanza de que es mejor esperar por un buen empleo que entrarle ser el “Inge” dentro de la sucursal de McDonalds cerca de su casa.